La alergia a la carne roja. El papel del alpha-gal

Estudios recientes han revelado un síndrome clínico inédito en el que los síntomas cutáneos y, sobre todo, la anafilaxia, no aparecen hasta horas después de la ingesta de carne roja. La mayoría de los casos afecta a adultos, aunque recientemente se ha descrito en niños.

Tales características son contrarias a lo que suponíamos hasta ahora en múltiples aspectos.

La alergia a la carne roja es rara en los adultos y se daba por sentado que las reacciones a los alimentos aparecían en menos de una hora.

Además, en tales pacientes las pruebas cutáneas con extractos comerciales arrojan por lo general resultados negativos o confusos.

En esas circunstancias valorar con acierto la gravedad del caso puede ser difícil cuando un paciente adulto refiere reacciones iniciadas horas después de haber comido carne roja y presenta una prueba de prick test negativa.

Las investigaciones demuestran, sin embargo, que conviene tomar en serio este tipo de casos.

El presunto culpable es el oligosacárido alpha-gal, por lo que la medición de la IgE específica frente a este carbohidrato supone una buena herramienta para respaldar el diagnóstico.

La galactosa-alfa-1,3 galactosa (alpha-gal) está presente en numerosas proteínas animales. Es propia de los mamíferos y abunda en los glucoconjugados de los mamíferos no primates, entre ellos en proteínas de la carne de ternera, cerdo y cordero, además de la caspa de gato.

Pese a ello, el epítopo alpha-gal no se expresa en los glucoconjugados de los monos, los simios superiores y el ser humano.

Reacciones mediadas por IgE El primer indicio de alergia mediada por IgE específica del alpha-gal proviene de casos de anafilaxia generalizada acaecidos en EE.UU.

tras la infusión de cetuximab, un anticuerpo administrado como tratamiento contra el cáncer. Estos pacientes demostraron tener anticuerpos IgE contra el alpha-gal.

Estudios posteriores revelaron una correlación muy estrecha entre dicha sensibilización y los antecedentes de anafilaxia o urticaria grave que comenzaban de 3 a 5 horas después de ingerir carne roja. [Tales hallazgos fueron descritos por primera vez en una publicación pionera del equipo investigador de Tom Platts-Mills, de la Universidad de Virginia.

Una vez divulgado el fenómeno de la anafilaxia retardada tras la ingesta de carne, los médicos de una extensa zona del sudeste de EE.UU. comenzaron a reconocer casos similares, con reacciones retardadas después del consumo de carne de ternera, cerdo o cordero. Los síntomas no aparecían inmediatamente después de la ingesta de carne, y el consumo de pollo, pavo o pescado no desencadenaba síntoma alguno.

Scott Commins y cols. de la Universidad de Virginia confirmaron la cronología de los síntomas tras la ingesta de carne de mamífero en personas con IgE anti-alpha-gal durante la prueba de provocación alimentaria. Las reacciones surgían de 3 a 7 horas después de la ingesta de carne de mamífero e iban de la urticaria a la anafilaxia. Estos resultados demuestran a las claras la existencia de una alergia alimentaria retardada, mediada por IgE.

Desde las primeras observaciones en EE.UU. se han publicado casos similares en Europa, Asia y Australia.

El posible papel de las picaduras de garrapata

La hipótesis de más peso en el intento de explicar el origen de la respuesta de anticuerpos IgE contra alpha-gal apunta a las picaduras de garrapata como factor causal. Los primeros casos de anafilaxia retardada a la carne roja se concentraban en ciertas áreas del sur y el medio oeste de EE. UU. Esa distribución geográfica coincidía con la de una determinada especie de garrapata y con la prevalencia de una enfermedad transmitida por estos artrópodos, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas. Esto levantó la sospecha en torno a la posible implicación de las garrapatas en la cadena de acontecimientos que desemboca en la sensibilización al alpha-gal.

El descubrimiento de la coincidencia es mérito de investigadores de la Universidad de Virginia, quienes comprobaron que los pacientes que habían sufrido picaduras de garrapata presentaban anticuerpos IgE específicos contra el alpha-gal así como aumentos significativos de sus niveles tras picaduras recientes. Estudios posteriores en otros países han confirmado esos resultados. El hecho de que las especies de garrapatas que predominan en diversas regiones del mundo sean diferentes no parece influir en el desenlace general.

En conclusión debe estar informado de que se puede tratar de una forma infradiagnosticada de alergia alimentaria grave.

Aparece en general en la edad adulta. La primera reacción se ve precedida por picaduras de garrapata semanas o meses antes.

La reacción aparece en general en verano u otoño como una reacción alérgica retardada con urticaria o anafilaxia entre 3 y 7 horas después de la ingesta de carne roja.

Las reacciones suelen aparecer por la tarde-noche o en plena noche.

La prueba de IgE específica ImmunoCAP® alpha-gal está disponible para la confirmación de un posible diagnóstico.

Resumen

Esta nueva forma de alergia alimentaria recién descubierta presenta características inéditas.

Mientras que los síntomas de las alergias alimentarias aparecen en general poco después de la ingesta, los síntomas de este tipo de alergia a la carne roja no aparecen hasta de 2 a 7 horas después. Y a diferencia de otros tipos de alergia alimentaria no aparece asma y los síntomas consisten básicamente en anafilaxia y alteraciones cutáneas. Los afectados no siempre experimentan síntomas cada vez que consumen carne, por lo que la reacción podría depender de la cantidad ingerida. Por último, la sustancia culpable, el alpha-gal, no es una proteína como la mayoría de los alérgenos, sino un carbohidrato. Los pacientes suelen presentar una prueba de prick test negativo para la carne, pero una prueba de IgE contra alpha-gal positiva, así como contra gato y perro, puesto que ambos extractos contienen alpha-gal.

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